viernes, 25 de enero de 2008

¿Delirantes o cuerdos?



"Enloquecimiento de don Quijote"

"Llenósele la fantasía —(a don Quijote)— de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo". Este pasaje del primer capítulo de Don Quijote sirvió a Gustave Doré para presentar a don Quijote leyendo libros de caballerías, en la edición francesa impresa en París en 1863, que hoy se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.


¿El hombre está cuerdo o esta delirante?
¿Qué es estar cuerdo?
¿Cuales son los parámetros con los que se mide a una sociedad como cuerda o delirante?
¿Será el cuerdo aquel que se viste a la moda, se peina a la moda, concurre a lugares fashion como boliches, pub y lugares de onda poniéndose una mascara que oculte su identidad y siendo otro y no el mismo?
¿Será aquel que consume lo que el mercado impone como mp3, celulares, cámaras digitales etc, no por necesidad sino para tener lo ultimo en tecnología y estar actualizado?
¿Será aquel que no va a ver obras de teatro, pero si mira a “Gran Hermano”, “Bailando por un sueño” y a tanta TV basura que solo nos llena superficialidad?
¿Será aquel que no se expresa libremente por miedo al que “dirán”, aquel que esta alienado por las buenas costumbres, la moral y la religión?
Delirar, según el diccionario de la RAE es: desvariar, tener perturbada la razón por una enfermedad o una pasión violenta.
El perturbado por una pasión es el delirante, el que se comporta diferente al resto de la sociedad, el que vaga por las calles sin rumbos fijo tratando de encontrarse a si mismo, alejándose de los cánones que ésta sociedad consumista y superficial impone como normales.
Ser un delirantes es ser libre en todo sentido, libre para expresar lo que se siente sin temor a ser condenado por la moral, las buenas costumbres, la religión y el gobierno, es atreverse a denunciar las injusticias, el maltrato, la desigualdad, la corrupción.
En síntesis es ser poeta, construir un lugar utópico de igualdad, amor, respeto y de oportunidades para todos los hombres y las mujeres, desde el lenguaje que es nuestra única herramienta, para hacer poemas, cuentos, novelas etc.


¡Sigamos creciendo y siendo cada día más delirantes que los sueños son posibles compas!

POIESIS. CARO

viernes, 18 de enero de 2008

La dinámica de lo "Grupal"

Desde el Colectivo intersujetivo POIÉSIS, hemos prestado especial atención a los planteos de Enrique Pichón Rivière en cuanto a los problemas que enfrentan las relaciones entre los sujetos que participan de un mismo espacio, de un mismo proyecto, de un mismo grupo. A partir de vernos marcados por estas lecturas, entre otras, comenzamos a reflexioanr en torno a qué tipo de relaciones queremos forjar desde el interior mismo de este colectivo que empieza a nacer proponiéndo y proponiéndose otro tipo de subjetividad posible, una subjetividad fundada y fundida en un único objetivo, en un proyecto común.


Colectivo POIÉSIS




"Las investigaciones realizadas por Enrique Pichón Rivière en relación con los
procesos sociales dieron origen a una teoría sociodialéctica del aprendizaje. El
sujeto se constituye en función de una relación dialéctica entre la estructura
social en la que está inmerso y su fantasía inconsciente asentada en sus
necesidades. Es un sujeto relacionado, producido en la praxis que se da en sus
grupos de pertenencia.
El aprendizaje fue investigado por Pichón Rivière en
situaciones grupales. Define al grupo como un “conjunto restringido de personas
ligadas entre sí por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua
representación interna, que se propone en forma explícita o implícita una tarea
que constituye su finalidad”. Privilegia al grupo operativo que, centrado en la
tarea, tiene por finalidad aprender a pensar resolviendo las dificultades
creadas. La tarea es aquello en función de lo cual el grupo se constituye
ubicándose frente a un problema o tema.
Para abordar la tarea es necesario
configurar un esquema conceptual, referencial y operativo dialéctico que
resuelva las contradicciones principales de los miembros del grupo,
expresadas en sus ideologías, en sus actitudes, fantasías y emociones. También
es necesario el desarrollo de algunos sentimientos básicos vinculados con la
afiliación o identificación, que da lugar a la pertenencia, inclusión o mayor
integración al grupo.
En el desarrollo de la tarea, la dinámica del grupo se
estructura en base a un interjuego de roles que ‘emergen’ en las distintas
situaciones. El portavoz es el que denuncia en un momento dado las fantasías,
ansiedades y necesidades que se están movilizando en el grupo, hecho posible por
la articulación de su historia personal (eje vertical) con el proceso grupal que
se da en el aquí y ahora (eje horizontal). El chivo emisario es el que se hace
depositario de lo negativo y atemorizante que vive el grupo y sufre la
segregación. El líder, en cambio, se hace depositario de lo positivo y orienta
hacia el progreso del trabajo sobre la tarea. El saboteador, en cambio, lidera
la resistencia al cambio. El coordinador ayuda a pensar y a resolver las
discusiones frontales o dilemáticas que obturan la operatividad del grupo.
Favorece la comunicación y la problematización de la tarea, promueve el
desarrollo de vínculos y la elaboración de los obstáculos epistemológicos.
Los primeros planteos en relación con la tarea son ambiguos, vinculados con
los estereotipos preexistentes y conducen a una polarización dilemática por la
dificultad en la comunicación. Esto lleva al enfrentamiento de los individuos y
subgrupos que se constituyen, y opera como defensa ante la situación de cambio
que plantea la tarea. Cuando el grupo supera sus contradicciones y se cohesiona,
puede luchar contra la ansiedad que genera la posibilidad del cambio y construir
un planteo problematizador. Lo que antes era visualizado como posturas
irreconciliables y absolutas, donde nada tenía que ver una con la otra, ahora
aparecen como aspectos contradictorios de un mismo objeto de conocimiento
(síntesis dialéctica). Este proceso de construcción sigue un modelo en espiral
que modifica la estructura teórica del grupo y su capacidad de pensar.
El aprendizaje es interpretado como un proceso que se desarrolla dentro de una
dinámica grupal, en que enseñar y aprender constituyen una unidad indisociable.
Aprender es entonces realizar una lectura crítica de la realidad, evaluándola,
transformándola (para lo cuál se desarrollan modelos de
lectura)."

viernes, 4 de enero de 2008

Creer en crear, en escribir.

Lo escrito escrito queda. Plasmado, dura, perdura, trasciende. ¿ Deseo de existencia más allá de mañana? Entidad escrita. Lo escrito escrito está, insistimos. Estamos escribiendo. Bienvenidos a escribir. Existimos escribiendo, escribiendo-nos y escritos por otros, en algunos otros lugares, escritos también. Bienvenidos a existir escribiendo, bienvenidos a escribir. Poiésis es crear y es creer en crear. Creando una criatura, para quitarnos la telaraña de los párpados por un momento. Criando una criatura, que es nuestra. Que es tuya también. Escribiendo en la palabra con nosotros. ¡Gracias por ayudarnos a existir, y por ayudarnos a creer en crear!. Creer en escribir. Crear en inventar. Bienvenidos a crear. Benvenidos a Poiésis. Román

Inténtos filosóficos en el colectivo

Los viajes largos hacen que la mente viaje más rápido que esa caja de zapatos que se sacude enérgicamente sobre las calles hermosamente destruidas de nuestra ciudad (cosa no muy difícil), tomando altos vuelos como el humo de las pipas de los históricos ancianos frente a los clubes del progreso en los pueblitos entrerrianos... (como observan la voladura apunta para grave)...
Venía acordándome de una frase que un payaso vestido de verde manzana y violeta, con una peluca color rojizo y un enérgico cigarrillo en la boca me dijo una tarde cerca de las 6 en una aula ruinosa y descolorida de una viejo profesorado... Los que han pasado por allí saben de quien hablo aunque disientan en la descripción...
En fin, ella dijo: La literatura es monstruosa, para agregar sin mayor alteración: La literatura debe molestar...
Verdaderamente, no se si tendrá mucha razón, y no pretendo buscar los efluvios en su subjetividad intelectual que fundamenten su enunciado... Simplemente me hizo pensar en qué es aquello que nos ha unido... justamente ese molestar.
Recuerdan el lugar de encuentro, nuestro búnker alrededor de una mesa de madera clara y pesada, con sillas de oficina secuestradas y calor de compañía... gente circulando, preguntando, interrumpiendo, colchones y frasadas, trapeadores compulsivos y carreras de sillitas chocadoras... Recuerdan esa tarde de sol otoñal a pesar de entrado julio en que nos reunimos por primera vez sin pensar en que llegaríamos a esto... sólo planificábamos una charla conbate para más tarde.
Ahí empezamos, y adivinen qué hacíamos... MOLESTÁBAMOS.
Sí, molestábamos a los profesores a los que no estábamos escuchando atentamente en las roídas aulas de la Normal, molestábamos a los compañeros a quienes asediábamos con pancletos de lucha e informes del cuartel general aún a la salida del baño; molestábamos a los oficinistas de profesión dudosa lanzando petitorios estridentes y reclamando documentos archivados y ocultos, molestábamos a funcionarios del poder de turno intrusados en una universidad por el dedo superpoderoso de un gobernador con el fin de anular ideologías zurditas, democratizar, formar alumnos críticos y juiciosos, y capaces de mirar para otro lado siempre que la mano en la lata sea de mayor alcurnia, los molestábamos insistentemente y por todos los medios, radiales, televisivos, gráficos, callejeros, oficiales y clandestinos... Molestábamos, y por suerte seguimos y seguiremos molestando.
Porque molestar no es simplemente ser un estorbo a la vista y la premura que el mercado impone a nuestros pasos... Molestar es hacerse notar y ser realmente un grano en el c... Mostrar que se existe por fuera de todos las estructuras, que se puede razonar por fuera del recipiente... Molestar es alzar la voz y demostrar en los actos que hay mucho detrás de la mecánica perversa que cierra las mentes hasta que sean capaces de afirmar y debatir la importancia de una uña quebrada o un capricho de la mimada niña de un añejado reality show (que cerro sin éxito su 7 u 8 edición).
Molestar es hallar en aquél rinconcito olvidado de la casa de nuestros recuerdos esas menudencias que nos dejaron pensando un instante durante nuestra reciente y permanente juventud, para volver a darle vueltas a la manivela de la duda y volver a preguntar como niños la razón de la existencia y el por qué del color oscuro de esa cosa que los mayores llaman río antes fue más feliz...
Molestar es recuperar la potencia de la duda y la energía de la pregunta, a pesar de las respuestas... (otra persona me dijo que la inteligencia no está en la respuesta, sino en saber formular la pregunta correcta) Y justamente por esto, creo que no hay potencia más grande que molestar, y en ese molestar reside algo así como lo que a veces llamamos PODER
Sigamos molestando, Vicky